Cada momento “real” que paso conmigo misma, es como un espacio robado al tiempo.
Es como encontrar un lugar suspendido entre estas dos dimensiones, un lugar común, donde siento que estoy protegida, dónde puedo soltarlo todo, dónde si me abandono solo ocurro yo, con todo y sin nada…despacio, al ritmo de una respiración que no dirijo yo.
Tiendo a imaginar como los soplos de mi respiración, recorriéndome dentro, se convierten en oleaje, se transforman en una marea que lame cada rincón de mí. Y ahí me quedo, me dejo mecer serena durante ese lapso en que todo y nada está ocurriendo fuera; en el que todo y nada está ocurriendo dentro.
Este taller del domingo en Barcelona está creado desde ahí.
Esta inventado desde la necesidad de recrear más y más espacios propios sin juicio, sin prisa, sin exigencias…espacios de calma, de ternura, espacios de exploración valiente donde cada persona se sienta libre.
Practicaremos yoga, durante 3 horas… nos moveremos por dentro y por fuera.
No hay expectativas que cumplir, solo las ganas de “subirnos” a esa esterilla de yoga y convertir ese objeto mundano en una alfombra mágica que nos transporte hacia un lugar nuevo, dónde ya hemos estado. Y contemplarnos por dentro.
Un ambiente festivo donde reinen los disparates: escuchar el silencio, mirar sin ver, movernos quietos, acariciar sin tacto, observar sin juicio, disfrutar sin culpa… Concebir un taller de yoga como un espacio terapéutico.
